Es tiempo de vendimia

Dependiendo del clima la fecha puede variar pero, por lo general, entre mediados de agosto y mediados de septiembre tiene lugar en el municipio de Sant Antoni un evento de lo más esperado: la vendimia.

El momento crucial en el que el fruto de la viña está en su punto álgido, con toda su potencialidad intacta, listo para ofrecer sus mejores notas y todas las características organolépticas que definirán el carácter del futuro vino.

La vendimia es el proceso de recolección de las uvas y su transporte hasta la bodega. Puede ser manual o mecánica. La primera se realiza en fincas pequeñas y requiere de vendimiadores con cierta cualificación para determinar si la uva está en condiciones. La segunda se suele emplear en grandes fincas que tienen viñedos en espaldera, es decir, sobre una estructura elevada. Con este método el transporte a la bodega debe realizarse con rapidez para evitar oxidaciones y maceraciones ya que el producto recolectado puede venir roto, con muchas impurezas, cortezas y sarmientos.

 

Según el momento de recogida, la vendimia puede ser escalar (en diferentes momentos, dependiendo de la maduración de las diferentes cepas del viñedo), tardía (para obtener grano con mayor grado de azúcar que aumente su grado de alcohol) o nocturna (usada en zonas muy cálidas para evitar fermentaciones espontáneas por culpa de la temperatura y proteger el aroma de la uva).

Una vez en bodega se realizan las labores de despalillado de los racimos y se seleccionan las mejores uvas para su estrujado y posterior fermentación, bajo la atenta supervisión de cada enólogo.

 

El vino ha sido un producto clave en el devenir de nuestra isla, asociado desde siempre a un espíritu hedonista que, por lo que la historia nos desvela, se remonta hasta la época cartaginesa. Los fenicios desarrollaron una intensa labor comercial que incluía, entre otros muchos productos, la exportación de vino elaborado en la isla. En el S. VII a.C. la elaboración de vino requería unos conocimientos que muy pocos asentamientos tenían. Ibossim contaba en la época con una merecida reputación de centro elaborador que exportaba a gran parte del levante peninsular. Posiblemente también de la isla se exportó el conocimiento necesario para que en otros asentamientos, como el de l’Alt de Benimaquia, en Denia, se comenzara a elaborar vino propio. En cualquier caso, si Baco fue el dios griego del vino, Bes no le fue a la zaga y la isla se consolidó como un centro muy importante en el campo de la viticultura que se trasladó luego al ámbito doméstico.

Siglos después el turismo sirvió como acicate para la elaboración profesional de vinos propios que con el paso del tiempo han ganado en calidad y popularidad. En la actualidad los vinos de Ibiza cuentan con su propia Indicación Geográfica Protegida: Ibiza Vi de la Terra. Bajo esa denominación, las marcas elaboradoras comercializan vinos de variedades tradicionales Monastrell para tintos y rosados y la blanca Malvasía Aromática, (“Grec”). Tradicionalmente plantadas en los márgenes de los bancales, sobre soportes de sabina, la denominación suma 60 Ha de viñedos repartidas entre las tierras blancas y calizas y las tierras rojas de las planicies.

Los vinos de Ibiza también recurren a las variedades tintas Tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y syrah, y para los blancos se utilizan la macabeo, moscatel de Alejandría, moscatel de grano menudo y parellada.

Sant Antoni cuenta con tres destacadas bodegas: Can Rich, Can Maymó y Sa Cova.

Can Rich inició su actividad en 1997 con 17 hectáreas a las que añadió 4 más en 2007. Su bodega, ha sido pionera en la elaboración de vinos ecológicos y cuenta con una oferta de 11 vinos a elegir, entre blancos, rosados, negros y dulces. Algunos de ellos, como su blanco Can Rich, laureados en más de cinco ocasiones, o su tinto Selección, con 6 premios, muestran el grado de compromiso de la casa con el producto de calidad. La bodega ofrece visitas guiadas de enoturismo en las que se muestra al visitante los viñedos, las instalaciones, los productos y los procesos empleados. También comercializa vemuts, espumosos, licores, hierbas de Ibiza, sal, aceite de oliva y vinagre.

Can Maymó es una pequeña bodega familiar que comenzó a elaborar vino en 1995. Su propulsor, Antonio Costa, acondicionó la bodega familiar incorporando las últimas tecnologías para elaborar 5 vinos distintos, 3 tintos, un blanco y un rosado. Los viñedos se encuentran en el pla de Sant Mateu, el corazón tradicional vitivinícola de la isla, y en ellos crecen uvas de las variedades autóctonas Monastrell y Malvasía, además de Moscatel para blancos y Merlot, Tempranillo y Syrah para los tintos. Realizan una vendimia manual, racimo a racimo, a pleno sol y en cajas de 18 kg que son rápidamente transportadas a la bodega para su enfriado y procesado.

Sa Cova fue la bodega pionera. La primera cosecha de vino ibicenco la comercializó en 1990 Joan Bonet, el fundador. Desde entonces, en el Pla d’Albarca, sus viñedos abarcan 10 Ha que definen el paisaje característica de esta zona de la isla. En esas mismas viñas crecen y maduran uvas del tipo Tempranillo, Monastrell, Syrah, Merlot, Malvasía y Moscatel. Sa Cova elabora con mimo 5 vinos diferentes, 3 tintos, un blanco y un rosado. La bodega cuenta con capacidad para producir 60.000 litros y cuenta con barricas de roble americano y francés al 50%.

 

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